Con autoridad y fútbol, el Náutico aplastó 4 a 1 al Rojo en el Estadio San Nicolás y quedó a un paso de la Liguilla final.

Regatas fue amo y señor del clásico. En una tarde sin equivalencias, el conjunto dirigido por Sergio Barbieri resolvió el partido en poco más de una hora y se impuso 4 a 1 a Belgrano ante cerca de mil espectadores en el Estadio San Nicolás.
Superior de principio a fin
Desde el arranque, el Náutico mostró su jerarquía y su plan de juego. Con un mediocampo ordenado y extremos veloces, dominó la pelota y las acciones. Tobías Castillo fue un problema constante por la derecha, aprovechando los espacios que dejaba Leonardo Luna, mientras que Blas Marchilli y Lautaro Correa se movieron con libertad para lastimar.
Belgrano, en cambio, se mostró desarticulado. Daniel Huber apostó por un 4-3-3 con tres delanteros de perfil central, dejando al medio sin equilibrio ni recuperación. Esa decisión le costó caro ante un rival que le ganó la mitad de la cancha desde el minuto uno.
Goles y dominio náutico
El marcador se abrió a los 21 minutos: Franco Fernández falló en la salida, Correa interceptó la pelota, hizo la diagonal y definió cruzado al segundo palo para el 1-0. Ocho minutos después, el mismo Correa desbordó por izquierda, envió el centro atrás y Castillo amplió la ventaja con un zurdazo inatajable.
Regatas pudo haber hecho el tercero antes del descanso, pero el propio Castillo remató apenas desviado. Belgrano, sin ideas, solo inquietó con un disparo lejano de Ocanto que Furlán mandó al córner.
Segundo tiempo, misma historia
Huber intentó cambiar la cara de su equipo con los ingresos de Alex González y Joaquín Álvarez, pero nada cambió. Regatas siguió controlando el juego a su antojo y encontró espacios por todos lados.
A los 12 minutos, Ferrari trepó por la banda y envió un centro bajo que Marchilli transformó en el 3-0. Cuatro minutos más tarde, el lateral volvió a proyectarse y asistió otra vez a Correa, que selló su doblete y el lapidario 4-0.
El Rojo apenas maquilló el resultado con un tanto de Ocanto tras un pase largo de González, y Furlán evitó el segundo con una gran atajada a Lenci, pero el clásico hacía rato tenía dueño.

