El Colegio de Ingenieros bonaerenses se refirió a la brutal caída de la obra pública, producto de la política de recortes de fondos implantada por el presidente Javier Milei desde que llegó a la Casa Rosada, y trazó un diagnóstico preocupante sobre el presente laboral del sector.
“La actividad ha caído de manera considerable, sobre todo en el sector de la construcción de obras de infraestructura. Nuestro colegio agrupa a todas las especialidades de la ingeniería, excepto la agronómica, por lo que el impacto no ha sido uniforme. Mientras que la ingeniería civil muestra una fuerte baja, otras ramas presentan caídas menores e incluso algunos repuntes”, mencionó el presidente del Colegio de Ingenieros bonaerenses, Jorge Castellano.
En ese sentido, si bien Castellano consideró que la caída pública viene en picada hace bastante tiempo, la gestión nacional de Milei profundizó aún más la baja. “Vialidad Nacional y empresas como Aysa han reducido significativamente su actividad. Milei priorizó el equilibrio fiscal, cuestión con la que estamos de acuerdo, pero interrumpió el financiamiento”, reflexionó.
Frente a este contexto, los ingenieros bonaerenses destacaron la labor del gobierno provincial que realizó varios trabajos de obra pública a través de organismos como Vialidad Provincial, Hidráulica o DIPAC.
Por caso, el Colegio dispuso que la ayuda de Gobernación fue posible porque las empresas atraviesan una “creatividad financiera y técnica” que permite seguir con las construcciones.
“Estamos de acuerdo con que las obras nacionales pasen a la órbita provincial, pero eso tiene que ir acompañado del traspaso de los fondos correspondientes que permitan financiarlas. De lo contrario, se agrava el problema en lugar de resolverlo”, subrayó el Colegio de Ingenieros bonaerenses.
A modo de reflejar la realidad del sector, los ingenieros bonaerenses mencionaron que la provincia de Buenos Aires atraviesa varios problemas que se combaten con la obra pública, como las reiteradas inundaciones que impactan tanto en las zonas urbanas como en las rurales.
“La falta de continuidad en la inversión genera un círculo vicioso que nos impide crecer y acentúa el deterioro de la infraestructura existente, por ello necesitamos una política de infraestructura sostenida, cuyo contenido y desarrollo surjan del consenso sobre sus alcances, su metodología que además tenga visión de futuro”, sentenciaron los ingenieros bonaerenses.
Asimismo, el Colegio mencionó que la Cámara Argentina de la Construcción registró en 2024 un déficit de 3,2 millones de viviendas en Argentina, una cifra que también incluyó las falencias habitacionales de las que casas existentes.